Cada vez más los profesionales sanitarios reconocen que los niños y recién nacidos también son susceptibles de padecer una úlcera por presión (UPP) cuando reúnen una serie de factores de riesgo. Lo cierto es que los niños hospitalizados (especialmente aquellos en Unidades de Cuidados Intensivos Pediátricos y Neonatales), además de aquellos que sufren enfermedades degenerativas (p.e. osteogénesis imperfecta), discapacidades (p.e. parálisis cerebral infantil) o con diversidad funcional (p.e. paralíticos) tienen riesgo de desarrollar, y desarrollan LRD. El efecto negativo de la inmovilidad y la inestabilidad fisiológica en la piel de una persona no distingue de edad o nivel de dependencia o de desarrollo.